- LA LUNA, SIEMPRE Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo rasga mi piel con su delgada luz. C ae sobre mi pelo con la levedad de una sirena que no se hubiera dado cuenta que no posee piernas. Solivianta mi sangre me enciende de locura me regala una piel fosforescente y me convierte aceite hirviendo en fauna (cascos y cuernos y cabello desbocado bajo el lúbrico soplo de lo oscuro)

LA LUNA, SIEMPRE Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo rasga mi piel con su delgada luz. C ae sobre mi pelo con la levedad de una sirena que no se hubiera dado cuenta que no posee piernas. Solivianta mi sangre me enciende de locura me regala una piel fosforescente y me convierte aceite hirviendo en fauna (cascos y cuernos y cabello desbocado bajo el lúbrico soplo de lo oscuro)

Descargar

Más imágenes con